El Tránsito a la Modernidad

(Siglos XVI y XVII)

Las tropas cristianas capitaneadas por Fernando El Católico, explotando una hábil estrategia que se fragua en el interior de la ciudad, se apoderan de Ronda, tras un largo asedio, el día 20 ó el 22 de Mayo de 1.485.

En la época el urbanismo se encontraba compuesto básicamente por la Medina, amparada por la alcazaba, que se ubicaba en el altiplano de la llamada Mesa de Ronda y que se protegía de manera natural por el famoso Tajo, reforzado por altas defensas. En la parte sur de sus extramuros, allende la fortificación, se encontraba un exiguo enclave separado de la Izna Runda musulmana por otra línea defensiva porticada llamada de Almocábar o cementerio. Allí se encontraba el actual Barrio de San Francisco, anteriormente conocido como La Fuente de la Arena.

También se alzaba una torre ochavada que defendía el acceso a la Medina y protegía el manantial de la Mina, principal suministro de agua a la ciudad. La conquista de esta torre permitió a las tropas cristianas, ayudadas por la ausencia de parte de la guarnición árabe, la soñada conquista de la Izna-ran Onda que había sido setecientos años islámica.

Un segundo divertículo urbano de esta Ronda lo constituía a la sazón otro agrupamiento urbano, probable judería, situado hacia el nordeste: era el barrio de los Esparteros, de las Mancebías o de San Miguel, también de las Curtidurías, comunicado con la Medina por dos pequeños puentes que salvaban el curso del Río Guadalevín, río formado por la confluencia de los arroyos llamados de las Culebras y de la Toma, arroyos que coincidían en la zona ocupada por los principales Baños Árabes de Ronda.